Llevamos un año esperando que sea Domingo de Ramos. Ansiando poder vestir la túnica de nazareno, para poder realizar nuestra Estación de Penitencia. Un año esperando para que ese sueño dure sólo doce horas.
El próximo 20 de marzo será Domingo de Ramos y nuestra Hermandad saldrá a la calle para ofrecer una representación plástica desbordante, en la que la forma cuenta mucho. Las cofradías en Sevilla han existido por su fondo pero también por su forma. La manera de expresar su identidad en la calle las definen, nos definen, y en este sentido los pequeños detalles cuentan mucho.
La apariencia actúa sobre el contenido, favoreciendo o trabando su desarrollo. La razón de ser de una Estación de Penitencia es su fondo, pero va vinculado estrechamente a la forma en la que se hace. La forma no es un agregado externo que se relacione con el contenido, sino es algo propio e inherente al mismo. Por tanto, hemos de cuidar fondo y forma.
La forma nos define como Cofradía y como Hermandad en la calle. La Estación de Penitencia es el culto más mayoritario de cuantos se desarrollan durante el año, y la imagen que trasladamos al exterior es en gran parte lo que se percibe de nuestra corporación.
Hasta el 20 de marzo queda tiempo suficiente para que mayores y niños preveamos todo lo que necesitamos para salir de nazareno, para que cuidemos el sentido de nuestra Estación de Penitencia. Y también para que tengamos todo preparado para que la forma sea la adecuada.
Tenemos tiempo para pensar que serán sólo doce horas en las que seremos nazarenos blancos de La Paz. Doce horas en las que nuestra actitud será la de la Hermandad. Doce horas en las que debemos renunciar a usar móviles o aparatos electrónicos, doce horas en las que voluntariamente decidimos hacer una Estación de Penitencia que exige unos sacrificios, doce horas en las que debemos mantener el orden y la compostura que nosotros mismos hemos decidido acatar. Doce horas al año en las que los hermanos de La Paz debemos ofrecer lo mejor de nosotros mismos.
La principal característica que define al hermano nazareno es el anonimato. Formar parte del cortejo de La Paz es renunciar a nuestra identidad, a favor de la de nuestra Hermandad por el tiempo que dura la Estación de Penitencia. La forma es vestir el hábito nazareno como definen nuestras reglas; túnica blanca, con botonadura y cíngulo rojo para los nazarenos del Paso de Nuestro Padre Jesús de la Victoria y botonadura y cíngulo azul para los nazarenos del Paso de María Santísima de la Paz; capa, antifaz, guantes y calcetines blancos, y zapatos negros. Escudo bordado sobre la capa a la altura del hombro izquierdo.
Respecto a la indumentaria del hermano nazareno se vienen produciendo numerosas incidencias que desde la Diputación Mayor de Gobierno se intentan resolver. Muchos hermanos se presentan el Domingo de Ramos con calzado deportivo, o con zapatos de color distinto al negro, calcetines de diversos colores, escudos sin bordar, hermanos nazarenos que no portan guantes, etc.
Con el ánimo de que nuestra Hermandad mejore permanentemente nos gustaría recordarte que la homogeneidad en la Cofradía es señal inequívoca de que sus participantes, sus hermanos, cuidan y miman la representación externa más importante de nuestra Hermandad.
Te invitamos a que cuides con celo la forma de vestir el hábito de los nazarenos de La Paz. Porque vestir la túnica es un acto ritual, casi mágico, que efectuamos cada Domingo de Ramos y que nos diferencia, que utilizamos para acompañar a nuestros Titulares por las calles de Sevilla y creemos que la ocasión merece que extrememos ese mimo.
Asimismo nuestra forma de estar durante el recorrido de la Estación de Penitencia debe ser un claro reflejo de lo que nuestra Hermandad es. Todos los que formamos parte de la Cofradía, durante el Domingo de Ramos, dejamos de ser nosotros mismos para ser Hermanos de La Paz, por lo que los actos particulares se identifican con los de la Hermandad. En este sentido debemos ser extremadamente cuidadosos, observando el recogimiento y compostura que merecen acompañar al Señor de la Victoria y a la Virgen de la Paz.
La verdadera función del equipo de Diputación Mayor de Gobierno no es ejercer una suerte de policía nazarena, ni mucho menos. Por el contrario, nuestra misión es concienciar y formar a nuestros hermanos para que todos respetemos las Reglas de nuestra Hermandad, las que hemos jurado cumplir. La Diputación Mayor de Gobierno es la encargada de velar porque la Estación de Penitencia se realice según marcan nuestras Reglas y esta labor pasa necesariamente por que todos los hermanos las acatemos, pero sobre todo las asumamos como propias.
Desde la Diputación Mayor de Gobierno se trabaja, desde hace años, por mejorar permanentemente nuestra Estación de Penitencia. No se trata de una labor de horarios y recorridos, las tareas y su importancia son mucho más extensas y relevantes.
En nuestra Hermandad tenemos la suerte de que la comunicación constante entre Diputados Mayores de Gobierno entrantes y salientes, ha permitido que los logros de unos sean asumidos y mejorados por sus sustitutos. Una visión común de la Cofradía que se ha ido mejorando cada año.
La labor de la Diputación Mayor de Gobierno comprende la organización total de la Cofradía, la coordinación entre todos los intervinientes y la responsabilidad de que la Estación de Penitencia se desarrolle sin incidentes. Esta tarea no es sencilla, si tenemos en cuenta que nuestro cortejo cuenta con más de 2.500 personas entre nazarenos, costaleros, músicos y auxiliares.
Dirigir un cortejo tan extenso durante más de doce horas supone un esfuerzo muy grande que requiere de la participación de muchos hermanos.
Pero ese esfuerzo recae finalmente sobre todos y cada uno de los que conformamos la Cofradía. Porque al decidir participar de la Estación de Penitencia estamos asumiendo de manera expresa la forma de participar en ella. Cuanto más concreto sea el concepto de Cofradía que todos compartamos, más exacta será su representación en la calle.
Cada Domingo de Ramos nuestra Hermandad sale a la calle para hacer pública su fe y, también, mostrar su identidad. Una forma de ser que se define por múltiples aspectos que van desde cómo se presentan nuestros Titulares, el repertorio musical que les acompaña o la manera de andar de los pasos, así como el patrimonio material de la Cofradía. La forma de ser de una Cofradía se denota también en su cuerpo de nazarenos, un elemento absolutamente definitorio de lo que una Hermandad es en la calle.
En este sentido el punto de partida se sitúa en las Reglas que indican cómo deben ir los nazarenos de nuestra Hermandad. Pero, además, la Diputación Mayor de Gobierno viene, desde hace años, trabajando para concretar lo que debe ser un nazareno de La Paz durante su Estación de Penitencia.
Este año 2016 el esfuerzo comunicativo de la Diputación Mayor de Gobierno, se mantendrá focalizándose en el empleo de herramientas gráficas y digitales que hagan llegar de una manera más directa, visual y sencilla los requerimientos de indumentaria nazarena y de conducta que nuestra Cofradía exige. Para hacer las cosas bien es fundamental saber hacerlas, así el propósito principal es seguir informando y formando a los hermanos en pro de tan precioso objetivo.
Porque hay sueños que duran sólo doce horas…
José Ángel Pulido Alemany
Equipo Diputado Mayor de Gobierno